Seguramente
aunque viva con más dudas y errores que con aciertos, considero prudente y
lógico seguir adelante intentando ir en “Busca de una gran quizás” y allí comienza
esta historia. Un viaje por cada una de las etapas y circunstancias que me ha
tocado vivir, con relatos personales cargados de los más profundos
sentimientos, con gente súper valiosa a
mi lado. Aunque parezca confuso, ilógico, irónico o simplemente casualidades,
solo usare este blog con fines de retribuirle a esa gente las cosas valiosas y
esenciales que me han llevado a ser quien soy en la actualidad.
Una
mañana sin querer y por esas cosas caprichosas de la vida, tuve el privilegio
de leer un libro, que si fuese sabido las propiedades de cambio que inyectaría
en mí, me hubiese gustado leerlo hace 20 años atrás, pero ni modo, nunca es
tarde y en definitiva la vida es tan caritativa, que las cosas llegan cuando
realmente estamos preparadas para ellas, aunque a veces parezca que no lo
estamos. “Buscando a Alaska” se
convirtió en estilo, en filosofía, en habito de vida, y fue tanto el impacto,
que Alaska llego a mi vida y por muy egoísta que suene no pienso dejarla ir.
Seria cobarde y ruin hacerlo, ya que, aunque sea como imagen referencial, debo
usarla para seguir adelante cumpliendo metas, sueños y en busca de la
prostituta felicidad que siempre está sentada trabajando a la vuelta de la
esquina para quien quiera conquistarla y llevarla con él o ella.
Otra
experiencia que quiero anexar a este inicio, es la que describe Stephen Covey
en su libro los “7 hábitos de la gente
altamente efectiva”. Uno de los hábitos descrito por él, lo denomina “Comience con un fin en mente” y
comienza ese capítulo pidiendo al lector que ponga su mente totalmente en
blanco y que preste atención a la experiencia que esta por imaginar. Yo
particularmente, me lo tome tan en serio, que ahora es un hábito de vida vivir
la experiencia del funeral y no se imaginan cuanto me ayuda a afrontar los
principales problemas en cada uno de los ámbitos personales de la vida que me
ha tocado experimentar. Lo sencillo de esa experiencia, es que solo hay que
usar la imaginación sin límites y por ello desaparece o se disminuye a un nivel
casi nulo, el temor de fracasar en dicha experiencia.
Pido
disculpa de antemano, porque el sarcasmo, la locura, las trivialidades, la
sátira y las malas palabras se apoderarán de mi en los relatos; aunque trate de
evitarlo siempre van estar allí y tendré que expresarlas textualmente.
Gracias
por permitirte leer estas líneas, espero que de aquí en adelante seas un fiel
lector y me ayudes en esta titánica tarea denominada “En Busca de un Gran Quizás”.
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